Los miembros de la familia de los cerdos son los artiodáctilos más primitivos que existen. Su dieta omnívora se refleja en sus molares, con coronas bajas y muchas cúspides pequeñas, similares a los de los osos y los humanos. Los suidos se caracterizan por tener la dentición completa, con caninos bien desarrollados, molares con cúspides redondeadas y un hueso prenasal que sostiene el hocico o jeta.
Los machos son mayores que las hembras y tienen los caninos – defensas- más desarrollados. En los géneros Sus y Potamochoerus la librea es rayada en las primeras semanas de vida. Los suidos normalmente buscan alimento en grupos familiares y se comunican con gruñidos, ronquidos y chillidos.
En el cortejo, el macho del jabalí hace exhibiciones laterales e intenta repetidamente reposar el mentón en la grupa de la hembra, lo que estimulará el coito si ésta se encuentra receptiva; asimismo, los miembros de distintas especies producen en esta época feromonas en las glándulas del labio. El tamaño de camada alcanza las doce crías en Sus, pero es sólo de uno o dos cachorros en el babirusa, un suido del sureste asiático. En Europa, además del cerdo doméstico, tan sólo existe un representante de la familia suidos, el jabalí.